Descripción
Los alimentos que son fuente de vida y placer, pueden convertirse en algunas personas en la causa de porqué pierden la salud. Esto ocurre cuando se producen las reacciones adversas a los alimentos, lo que comúnmente pero imprecisamente se conoce como intolerancia alimentaria. Ésta se puede definir como “la pérdida de la salud por el consumo moderado de alimentos en buen estado”. Hay varios mecanismos que nos llevan a esta situación:
HISTAMINOSIS ALIMENTARIA NO ALÉRGICA ( HANA)
Es el problema más frecuente y puede afectar aproximadamente al cincuenta por ciento de la población. Se caracteriza por dos cuestiones:
1.- Es una reacción silente, es decir, el comensal no pierde la salud inmediatamente, pero va detectando que los restaurantes no son su sitio para comer y se termina apartando de los compromisos sociales. Excepto cuando sabe que puede comer con seguridad.
2.- Produce enfermedades crónicas como: migrañas, cualquier tipo de jaqueca, fatiga crónica, fibromialgia, estreñimiento y diarrea, deshidrataciones intervertebrales, hinchazón, dolores articulares, sequedad de boca o “babeo” nocturno, así como muchos otros síntomas que llevan a un deterioro progresivo de la salud hasta tal punto que un treinta por ciento de los pacientes puede requierir tratamiento psiquiátrico por depresiones.
El mecanismo es una liberación lenta de la histamina contenida en las células de la persona afectada y que esta histamina va impregnando todos los tejidos y ocasionando los síntomas.
En un principio cualquier alimento puede ocasionar el problema, pero según nuestra experiencia, van en función de la frecuencia con que se tome el alimento.
El diagnóstico y la atención a los enfermos afectados de este tipo de síndrome ha de ser muy cuidadoso, generalmente el enfermo debuta después de haber pasado por distintos especialistas de los correspondientes síntomas y si no se piensa en esta posibilidad sólo se ofertan tratamientos sintomáticos.
Como técnica diagnóstica utilizamos la liberación específica de histamina (TLH), por ser, en nuestra experiencia, la de mayor rentabilidad diagnóstica y la única que nos explica el mecanismo de la enfermedad y también nos informa del pronóstico. Hacemos una cuidadosa selección de alimentos responsables del proceso considerando innecesario hacer grandes baterías de alimentos pero sí grupos reducidos y muy personalizados de alimentos. Por otra parte, las dietas terapéuticas personalizadas son la base del tratamiento, para lo cual hay que formar al enfermo en las mismas.
En resumen, podemos concluir:
- La histaminosis alimentaria no alérgica (HANA) es la causa más frecuente de las llamadas intolerancias alimentarias.
- El manejo del enfermo ha de estar muy cuidado.
- Sólo partiendo de estas atenciones, así como de la disciplina del enfermo, el nivel de éxito puede estar garantizado.
ALERGIA A UN ALIMENTO
Es una reacción que se produce de una forma casi inmediata a la toma del alimento aunque en algunos casos puede tardar minutos u horas. Suelen ser reacciones a veces violentas y pasan de ser desde una urticaria leve hasta ocasionar la muerte instantánea. Normalmente el comensal afectado lo sabe y lo ha de advertir, simplemente asegurarse que ningún componente del plato lleve el producto. Hay que tener especial cuidado con frutos secos, huevo y leche. Hay varias técnicas para investigar este mecanismo que se desencadena vía IgE.
CELIACOS
Son personas que no toleran el gluten y, el gluten está presente en casi todas las harinas. Por regla general llevan una vida normal si no toman gluten o puede ocurrir que sean celiacos en una forma leve y no estén diagnosticados. Se les puede cocinar con una harina sin gluten sin mayor problema.
INTOLERANCIA A LA LACTOSA
Son personas que les falta un enzima que se llama “lactasa” y por tanto no pueden digerir bien la lactosa que es un azúcar de la leche, suele provocar diarreas. Lo importante es, que si un comensal lo avisa, o bien no dar ningún preparado con leche o si se utiliza la leche que sea sin lactosa. No pueden tomar alimentos que hayan sido pretratados con leche, por ejemplo pescado que se haya descongelado con leche.